Masaccio.
Masaccio se trasladó a Florencia entre 1417 y 1421, tal vez a causa de la muerte de su padrastro. Existen documentos que demuestran que la madre de Masaccio alquiló una casa en esta ciudad, en el barrio de San Niccolò Oltrarno, seguramente como vivienda para su hijo, ya que ella continuó viviendo en casa de su difunto marido. Es posible que el joven artista comenzara su andadura en Florencia en el taller de Bicci di Lorenzo o en el de algún otro. El 7 de enero de 1422 se inscribió en el Arte (gremio) de médicos y especieros, lo cual indica que ejercía ya como pintor autónomo en la ciudad del Arno.
Obra.
Magtena.
En aquellos momentos Padua hierve como un lugar especialmente propicio para el arte de Mantegna. Él frecuenta los anticuarios de la ciudad, presta especial atención a la pintura y el arte de la antigua Roma y va perfilando su propio estilo. Sus primeros trabajos importantes los realiza en la capilla de San Jacopo y San Cristoforo de los Ovetari (iglesia de los Eremitani de Padua), junto con Ansuino da Forli, perdidos en su mayor parte tras los bombardeos sobre la ciudad en la Segunda Guerra Mundial.
En 1453 se casa con Nicolosia Bellini, cuyos hermanos —Giovanni Bellini, Gentile y Niccolò—, son también reconocidos artistas. En 1459, Luis III Gonzaga convence al autor para que se traslade a Mantua. A partir de este momento trabajará toda su vida para la familia Gonzaga, bajo el mecenazgo directo de Isabel de Este, marquesa de Mantua y esposa de Francisco II Gonzaga. Realiza el que, para muchos, es su trabajo más importante: la decoración mural de la «Cámara de los esposos» en el Palacio Ducal de los Gonzaga donde retrata a toda la familia llevando la perspectiva (que tan bien ha estudiado) a nuevas fronteras nunca antes vistas, de tal suerte que las paredes de la habitación parecen haber desaparecido hasta convertirse en escenas de la propia habitación.
Realizó además, para una capilla del castillo ducal mantuano, un retablo del que forma parte el Tránsito de la Virgen que se conserva en el Museo del Prado.
Obra.
Lamentación sobre Cristo muerto es una de las más célebres obras de Andrea Mantegna. Es una témpera sobre tela de 68 centímetros de alto por 81 de ancho, conservado en la Pinacoteca de Brera de Milán, cuya fecha de realización no se ha establecido con certeza, proponiéndose fechas que oscilan entre 1457 y 1501, aunque lo más probable es que sea de la etapa de madurez del artista, en torno a los años 1480 y 1490.
La escena muestra a Cristo muerto, tendido sobre una losa de mármol de forma casi perpendicular al espectador, en uno de los escorzos más violentos de la historia de la pintura. En un fuerte contraste de luces y sombras, la escena transmite un profundo sufrimiento y desolación. La tragedia se potencia dramatizando la figura de Cristo por su violenta perspectiva y la distorsión de sus detalles anatómicos, en especial el tórax. Los estigmas de las manos y los pies están representados sin idealismo ni retórica. La sábana que cubre parcialmente el cadáver, pintada en los mismos tonos que el cuerpo, contribuye al efecto sobrecogedor del conjunto que concluye en los rasgos de la cabeza, inclinada e inmóvil.
Donatello.
Donato di Niccolò di Betto Bardi, conocido como Donatello (Florencia, Italia, 1386-ibídem, 13 de diciembre de 1466), fue un artista y escultor italiano de principios del Renacimiento, uno de los padres del periodo junto con León Battista Alberti, Brunelleschi y Masaccio. Donatello se convirtió en una fuerza innovadora en el campo de la escultura monumental y en el tratamiento de los relieves, donde logró representar una gran profundidad dentro de un mínimo plano, denominándose con el nombre de stiacciato, es decir «relieve aplanado o aplastado».
Obra.
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